lunes, 3 de diciembre de 2018

Entrevista a la traductora María Scheibengraf

Sin son asiduos usuarios de LinkedIn, seguramente conocerán a la traductora María Scheibengraf, quien utiliza esta red social de una forma admirable. Me pareció una buena idea entrevistarla y, a continuación, podrán ver el resultado.

¿Por qué decidiste estudiar traductorado de inglés?

María Scheibengraf
Porque se me daban muy bien el inglés y el español, porque estaba enamorada de la cultura británica (sobre todo como fanática de Harry Potter) y porque decidí que quería trabajar como intermediaria entre culturas e idiomas. Como descendiente de inmigrantes, viví las barreras lingüísticas y culturales en primera persona desde muy chica, y siempre vi la traducción como una forma de superarlas y unir a las personas.

¿Cuáles son tus áreas de especialización?

Me especializo en Marketing e Informática. Estas especializaciones se dieron un poco al azar; cuento con un título técnico en Informática porque fui a una escuela técnica con especialización en eso, y aprendí muchísimo Marketing tomando decenas de cursos para impulsar a Crisol en la industria. Luego seguí tomando cursos de Informática y Programación también para aplicar los conocimientos a Crisol y, cuando quise darme cuenta, esas dos áreas eran mis puntos más fuertes. Así que decidí trabajar con ellas como mis especializaciones. Tengo mucha experiencia en otras áreas como Medicina, Contratos, etc., pero no los considero mi especialidad. Al trabajar como parte de un equipo, mis socias se especializan en otras áreas y nos complementamos muy bien, así que me puedo dar el lujo de continuar perfeccionándome en los dos campos que amo.

¿Qué herramientas informáticas utilizás para traducir?

Trabajo mucho con herramientas en la nube porque permiten el trabajo colaborativo con mis socias. Algunos clientes y algunas clientas nos piden que usemos herramientas específicas como SDL Trados o MemoQ, pero la verdad es que no las prefiero.

¿Te resultó complicada la inserción laboral?

Sí. Si bien hace más de 7 años que trabajo en la traducción, solo lo hago a tiempo completo hace dos años (cuando fundamos Crisol). Lamentablemente, debido a que estudié en una universidad que no capacita en inserción laboral ni marca personal, el comienzo de Crisol fue duro. En esa universidad te gradúas como lingüista con conocimientos altísimos, de los mejores en los países de habla hispana, pero te pasas la carrera creyendo que lo máximo a lo que puedes aspirar es a trabajar para una agencia local. Crisol fue una apuesta a tener éxito más allá de la escena local argentina. Tuve la dicha de asociarme con tres colegas y amigas, y cuatro cerebros trabajan más rápido que uno, por lo que aprendimos a insertarnos tocando de oído, tomando cursos y arriesgándonos. Nos salió bien, mitad por la perseverancia y mitad porque supimos aprovechar oportunidades que surgieron en momentos justos. El hecho de que dos de nosotras vivimos en Europa también nos abrió muchas puertas. Pero queremos que otros traductores y otras traductoras lo tengan más fácil, por eso ponemos mucho esfuerzo en capacitar sobre Marketing y Marca Personal a lingüistas noveles.

Sos una usuaria muy activa de LinkedIn. ¿Por qué es importante que un traductor tenga un perfil en esta red social?

Nosotras (Crisol) obtenemos el 80 % de nuestros clientes a través de LinkedIn. Estamos en la era del Marketing de contenido y del Marketing de atracción; no vas a tocarle la puerta a un cliente potencial sino que permites que te observe por la ventana, que se beneficie de lo que le muestras, y que se acerque a ti por interés propio. LinkedIn es una plataforma fantástica para eso, sobre todo porque la visibilidad de las publicaciones traspasa a los contactos que tienes en tu red. Si usas bien las funciones de la plataforma, te puedes destacar como experto o experta en la industria (cualquiera sea tu campo), y te llueven los mensajes privados de clientes y clientas que necesitan tus servicios. Por otro lado, la comunidad que se forma allí es realmente increíble; aprendes muchísimo de tus colegas, compartes recursos útiles, tomas cursos en línea, pides consejo, etc. ¡Es mi red favorita!

¿Qué otras redes sociales o sitios web considerás que son útiles para que los traductores se hagan conocer y obtengan clientes?

Hay muchísimos, y no todos funcionan igual para todas las personas. Es muy importante tener una página web propia con un dominio propio, porque es tu carta de presentación. Y debe verse profesional. Luego, es bueno elegir una o dos redes sociales en las que hacer presencia. No hace falta estar en todas, y depende de cuáles frecuenten los clientes potenciales, pero elegir una o dos le agrega credibilidad a la marca personal (qué compartir ya es un capítulo aparte y tiene que ver con lo que mencionaba antes, el Marketing de contenido). Luego hay sitios como ProZ o TranslatorCafé, en donde puedes pagar una membresía prémium y acceder a ofertas de trabajo antes que los demás; conozco muchos colegas que obtienen allí a la mayoría de sus clientes. Lo importante es no creer que crear un perfil en cada uno de estos lugares y sentarse a esperar que los clientes vengan a ti es la forma de conseguir más trabajo. Es un esfuerzo de meses que incluye compartir contenido útil para tus clientes potenciales, por lo que siempre recomiendo tomar cursos sobre creación de contenido y marca personal.

Junto a un grupo de colegas, fundaste Crisol Translation Services. ¿En qué consiste este emprendimiento?

Nos gusta definirnos no como una agencia sino como un grupo de freelancers organizadas. Los clientes pueden contratar solo a una de nosotras o al equipo completo, según lo que se adecue mejor a sus necesidades. Las socias fundadoras somos íntimas amigas, por lo que no se siente como un trabajo sino como un espacio de diversión y crecimiento en equipo. A todas nos apasiona la traducción y soñamos con cambiar las reglas de juego al menos en Argentina, donde la mayor parte de las agencias funciona y se enriquece cobrando en moneda extranjera y pagando a sus freelancers en moneda local y solo unas pocas migajas. Nos parece injusto, poco ético y muy triste. Por eso hacemos tanto énfasis en construir una marca personal y trabajar para clientes finales o agencias multinacionales que pagan tarifas decentes, y queremos ayudar a los traductores y las traductoras noveles en ese camino. Por el mismo motivo, cuando necesitamos tercerizar trabajo (no pasa muy seguido porque todavía somos un emprendimiento chico), pagamos tarifas decentes. Si tuviera que decir de manera sintética en qué consiste Crisol, diría que somos un equipo que brinda servicios lingüísticos de manera profesional, ética y amigable. Somos una familia y me siento muy privilegiada por formar parte de ella.

¿Qué consejos le darías a alguien que quiere convertirse en traductor?

Primero que nada, que tengan paciencia. El progreso es lento y los resultados no se ven de la noche a la mañana. Es bueno iniciar la transición hacia la traducción a tiempo completo de manera gradual, quizás con un trabajo part-time complementario al principio. Segundo consejo: ahorrar dinero antes de largarse a trabajar en la industria a tiempo completo, porque van a necesitar invertir en varias cosas (página web, cursos, membresías, etc.). Tercer consejo: no se apuren a hacerse miembros de una asociación profesional; déjenlo para cuando ya tengan más experiencia e ingresos. Otro consejo sería usar cualquier momento destinado a la traducción en el que no tengas ningún proyecto a mejorar tus aptitudes lingüísticas o tu emprendimiento: tomar cursos sobre Marketing por correo electrónico, Marketing de contenido y marca personal; aprender a usar herramientas como canva.com o answerthepublic.com; pulir el currículum o el folleto empresarial (depende qué elijas usar para presentarte antes clientes o clientas potenciales); hacer traducciones voluntarias para causas sociales que te interesen; etc. Por último, me gustaría alentar a cualquier persona que tenga dudas concretas en relación con su inserción laboral a contactarme por LinkedIn y con gusto aconsejaré desde mi propia experiencia.


miércoles, 9 de mayo de 2018

Entrevista a la traductora María Laura Ramos

Hoy comparto con ustedes una entrevista que le hice a la traductora María Laura Ramos, quien se dedica principalmente a la traducción audiovisual y literaria.

¿Por qué decidiste convertirte en traductora?

Cuando estaba por terminar la escuela secundaria, barajaba muchísimas posibilidades, todas ellas dentro del terreno humanístico, y la que más me atraía era Letras. Por eso —un poco por la influencia errada de quienes me decían que el único camino de una licenciada en Letras era la docencia— y de mis conocimientos de inglés, me incliné por el Traductorado Técnico-Científico y Literario en Inglés.

¿Cuáles son tus áreas de especialización?

María Laura Ramos
Insisto, como mi gran pasión fue y es la literatura, mi carrera como traductora siempre se inclinó hacia lo literario. Y la traducción audiovisual está entre sus variantes.

¿Qué traductores admirás?

A todos los que se esfuerzan constantemente por tener una mirada amplia y social, no academicista, de la traducción.

Además de ser traductora, trabajás como docente. ¿Qué te parece la formación que reciben los traductores hoy en día? ¿Harías algún cambio en los planes de estudio?

Los planes de estudio son siempre perfectibles y nunca sintonizan en un ciento por ciento con los tiempos en que se aplican. Pero la formación del traductor en Argentina, ya sea público, técnico-científico o literario, sigue siendo de altísima calidad.

Te desempeñás como coordinadora de la Diplomatura en Traducción de Textos Audiovisuales. ¿Nos podrías contar algo sobre esta diplomatura?

En realidad, la Diplomatura devino este año en Especialización en Textos Audiovisuales y Accesibilidad. Es un postítulo que profundiza los conocimientos en la interpretación de textos audiovisuales y su posible accesibilización para personas con discapacidad visual o auditiva. Pueden leer más en el blog del terciario de la ENS en Lenguas Vivas, Sofía Broquen de Spangenberg, la institución pública donde se dicta el postítulo: http://lvsofiaspangenberg.blogspot.com.ar/.

Con respecto a los programas que se usan para realizar traducciones audiovisuales, ¿cuáles son tus preferidos?

Dentro del software gratuito, estoy muy acostumbrada a usar el Subtitle Workshop. Pero el Subtitle Edit no tiene nada que envidiarle, y para algunas funciones es incluso mejor.

¿Qué cualidades son necesarias para ser un buen traductor audiovisual?

Tener sensibilidad para captar la información que llega por canales que no son exclusivamente los del texto escrito, un excelente manejo del español para sintetizar y parafrasear, y dominio de los distintos niveles de lengua. Y contar con ciertos conocimientos informáticos.

También sos coordinadora de la Escuela de Otoño de Traducción Literaria que se lleva a cabo desde hace unos años en el I. E. S. en Lenguas “Juan Ramón Fernández”. ¿Nos podrías comentar en qué consiste esta iniciativa y cómo fue tu experiencia este año?

En realidad, coordino uno de los talleres, el de inglés. Las coordinadoras generales son Lucila Cordone y Estela Consigli. La Escuela consiste en un encuentro intensivo con un autor, en este caso de habla inglesa. Durante toda una semana, un grupo de traductores noveles trabaja con el autor en la traducción de parte de su obra, inédita en español. Estos encuentros incluyen, además del taller de traducción,  la participación en las Jornadas Profesionales para Traductores organizadas por la AATI, previas a la Feria del Libro, y actividades culturales y recreativas, relacionadas con la temática que se esté trabajando. Hace dos años que intervengo en la actividad y siempre salgo enriquecida por la múltiple mirada que aportan todos los participantes, los autores y la coordinadora del proyecto inglés, Cecilia Rossi.

Por último, ¿qué consejos le darías a un traductor recién recibido?

Que no espere que todas las soluciones le caigan como maná del cielo. Que se juegue por lo que lo apasiona. Que nunca pierda la curiosidad ni las ganas de aprender.

jueves, 26 de abril de 2018

Entrevista al traductor Santiago Biei

Hoy comparto con ustedes una entrevista que le hice al traductor Santiago Biei, quien no solo se dedica a la traducción, sino también a la interpretación, la docencia y la redacción de contenidos.

¿Qué te motivó a estudiar traducción?

La curiosidad por los idiomas fue algo que siempre me atrajo de forma fuerte y la opción por la traducción en un primer momento fue motivada por la posibilidad de estudiar no solo la lengua extranjera, sino la materna, a diferencia de lo que ocurre en los profesorados.

¿Cuáles son tus áreas de especialización?
Santiago Biei

Me gustaría aclarar en primer lugar que las áreas de especialización, a diferencia de lo que se pueda pensar, en muchos casos las determina la demanda antes que una decisión propia. Mi primer cliente requería traducciones en el área de medicina, el segundo, lo mismo y llevados un par de años me vi convertido en un experto en el área. Lo mismo me sucedió en el ámbito legal, otra de mis áreas fetiche.

¿Cuáles son tus herramientas informáticas preferidas de traducción?

Coincido en este caso con lo que dijo el Trad. Juan Manuel Macarlupu en este blog, MemoQ es una herramienta excelente, de una interfaz similar a otras, pero que ofrece seminarios virtuales gratuitos para su utilización, por lo que no es necesario asistir a cursos pagos.

¿Trabajás para agencias de traducción o también para clientes directos?

Trabajo bajo las dos modalidades. En cuanto a lo más conveniente, es necesario sopesar las ventajas y desventajas. Los clientes directos ofrecen tarifas superiores a las agencias, sin duda alguna. Sin embargo, uno es su propio revisor y controlador de calidad, lo que insume más tiempo.

¿Cómo fue tu experiencia como profesor adscripto a la cátedra Traducción Literaria?

Fue una experiencia increíble, gracias al Trad. Marcelo Coccino, profesor director de la adscripción. Requirió de muchísimo esfuerzo, como siempre digo, tuvo la intensidad de una carrera, pero significó una vivencia única de aprendizaje. Trascendió lo académico y sirvió para forjar vínculos con otras instituciones, docentes y alumnos. Recomiendo a todos realizar adscripciones y especializaciones en las áreas de su interés.

Además de ser traductor, sos intérprete. ¿Por qué decidiste estudiar interpretación?

Una vez más, el amor por los idiomas tuvo mucho que ver, pero lo que más me atrae de la interpretación es verle el rostro humano de la gente para la que trabajamos. Ser la voz de alguien es algo verdaderamente alucinante. Podemos ver el resultado de nuestra labor, la comprensión de las partes, en forma simultánea y eso es una satisfacción que en la traducción de textos no existe.

¿Nos podrías contar en qué consiste tu trabajo como intérprete telefónico?

Trabajo en contextos de inmigración, es decir, aquellos en los que personas de origen latinoamericano, generalmente mexicanos, que residen en los Estados Unidos.  Mi tarea consiste en interpretar para ellos cuando deben ver los servicios sociales, de salud, penitenciarios, de emergencia, entre muchos otros. Lo que implica estar en cuestiones únicas, como partos en los que gritaba en el teléfono ¡Puje, señora! ante la indicación del médico angloparlante. También interpreté en tomas de rehenes, emergencias internacionales como hundimientos de barcos o contextos judiciales. La modalidad consiste en estar de guardia en la computadora, con un software especial abierto. Si se necesita un intérprete suena una alarma, se atiende y se comienza a trabajar. Los clientes están al teléfono, en una llamada de tres personas o en altavoz. La empresa que te contrata transfiere la llamada telefónica a las computadoras de los intérpretes y el trabajo es remoto, es decir, desde casa.

No solo hablás inglés, sino que estudiaste varios idiomas. ¿Traducís en alguno de estos idiomas?

Sí, mis combinaciones son todas las que impliquen inglés-francés-español.

Otra de tus actividades es la enseñanza en línea. ¿Qué materias enseñás? ¿Qué ventajas y desventajas tiene esta nueva forma de enseñanza?

Enseño principalmente inglés como lengua extranjera en este momento para dos agencias de cursos en línea. Como ventaja, podemos destacar la posibilidad de enseñar desde cualquier lugar y en cualquier horario y sin disponer de un aula. Las desventajas no son demasiadas, en mi caso, me gusta mucho dar clases en movimiento, caminando por el aula, lo que es imposible en la modalidad en línea.

¿En qué consiste tu trabajo como redactor de contenidos?

Es un trabajo similar a la traducción, ya que uno trabaja para agencias, la diferencia es que uno redacta textos en su lengua nativa en base a indicaciones de algún tema. Por ejemplo, un texto de 1500 palabras que sirva para describir un club de fútbol que se desea promover en una revista. Uno debe investigar sobre el club y escribir el artículo. El pago es por palabra y las tarifas varían según la complejidad del tema.

¿Qué consejos le darías a un traductor recién recibido que quiere insertarse en el mercado laboral?

Que no se desanime, de cada 100 CV enviados 10 tienen respuesta y uno solo implica trabajo. Sin embargo, el primer cliente te lleva a otro y en un par de años podés armar una base de clientes. El secreto radica en la insistencia y en una dosis fuerte de autoestima. No hay que acobardarse ante trabajos que puedan parecer difíciles. 

¿Cuáles son tus planes para el futuro?

Seguir con la traducción y la docencia online, y continuar perfeccionándome en el extranjero para poder incorporar más idiomas de trabajo.

En este momento te encontrás en Francia. ¿Nos podrías contar detalles acerca de tu estadía en este país europeo?

Estoy bajo el programa internacional de intercambio de asistentes de idioma, un programa para estudiantes de profesorado de francés. Nos destinan a escuelas secundarias donde enseñamos español y proveemos práctica de conversación a los estudiantes. Además, somos referentes de la cultura argentina por lo que transmitimos cuestiones culturales. Trabajo en los colegios François Villon y Paul Verlaine en la localidad de Les Mureaux, a 34 kilómetros de París. La experiencia es muy positiva y uno se transforma en una suerte de referente comunitario muy popular en las calles del pueblo.

Foto: Gilles Le Dilhuidy

sábado, 27 de enero de 2018

Neutro o argento: ¿Qué variedad de español prefieren los lectores argentinos en una traducción literaria?

Hace unos meses, mientras usaba la red social para lectores Goodreads, me topé con una reseña de Heridas abiertas (Sharp Objects), una novela de la escritora estadounidense Gillian Flynn. Un lector argentino se quejaba de la mala traducción de la novela. ¿Qué tenía de malo? Según este lector, la traducción era lamentable porque estaba llena de palabras típicas de Argentina, como "bombacha", "boludez", "dale", "mina" y "canchera". El autor de la reseña argumentaba que no era apropiado el uso de estas palabras en una historia que no transcurría en nuestro país, sino en Estados Unidos. La culpa se la echaba a la traductora.

Yo salí en defensa de mi colega y le expliqué que esa traducción estaba aclimatada al español de nuestro país, y que la decisión de la variante del español la tomaba la editorial, no el traductor. El usuario de Goodreads me agradeció la aclaración, y editó la reseña para quitarle la culpa a la traductora y pasársela a la editorial.

También le expliqué al lector que la aclimatación no era algo malo, sino una opción de traducción. Otra opción era el uso de un español neutro, algo que claramente prefería este usuario de Goodreads. A todo esto, una lectora mexicana comentó la reseña y nos contó que en México circulaba la traducción aclimatada al español rioplatense. También se manifestó a favor del uso del español neutro. Yo le dije que me parecía un desatino que publicaran en México una traducción destinada al mercado argentino. No es la primera vez que pasa. En Argentina es muy común encontrarse con traducciones españolas.

Ahí fue cuando se me ocurrió googlear a la traductora y descubrí, para mi sorpresa, que no era argentina, sino española. Entonces me surgieron varios interrogantes. ¿La traductora tradujo la novela al español de España y luego se adaptó al español de Argentina? ¿O tradujo el libro al español neutro y después se hizo la adaptación al mercado argentino? ¿Por qué se comercializó en México una traducción destinada al mercado argentino? Y, por último, lo que más me intrigó: ¿por qué a un lector argentino no le gusta una traducción realizada en su propia variedad de español?

A raíz de este último interrogante, decidí armar una encuesta para conocer el gusto de los lectores argentinos. A la gente le interesó mucho el tema, y 144 personas respondieron la encuesta anónima. Primero les pregunté el rango de edad, y la mayoría de quienes respondieron el breve cuestionario tenían entre 19 y 30 años.


Luego pregunté qué tipo de español les gusta leer en una traducción literaria y los resultados fueron los siguientes:
  • El español neutro: 43,7 %
  • Me resulta indiferente: 29,2 %
  • El español de mi país: 27,1 %


A continuación, les solicité que justificaran su elección (este punto no era obligatorio, pero la mayor parte de la gente respondió).

Los que estaban a favor del uso del español neutro argumentaron lo siguiente:
  • Están más acostumbrados a leer novelas o ver películas en español neutro que en el español de Argentina.
  • El español neutro transmite la idea de que la historia transcurre en un país extranjero.
  • Solo prefieren el español de Argentina en libros escritos por autores argentinos.
  • No les parece natural que se use el voseo o palabras típicas de Argentina en una historia que transcurre en otro país, por ejemplo, en Estados Unidos.
  • El español neutro permite que la historia pueda ser comprendida por otros hispanoparlantes, no solo por argentinos.
  • El español neutro es más formal y literario.
Comparto con ustedes algunas citas textuales de las personas que están a favor del español neutro. Son las frases que más me llamaron la atención o que me dejaron pensando.

"No soy muy fanática del español de mi país; creo que se ha ido desvirtuando con el tiempo".

"Porque no me imagino leyendo algo de EE. UU., y personajes con nombres de tal lugar que dicen cosas, como che o vos. Me es incómodo de leer. Me pasa con los mangas que tienen modismos argentinos, y el personaje se llama Kurosaki-Kun y vive en Japón. En cambio, en neutro no se siente esa brecha".

"En el caso de las traducciones, cualquier tipo de español que no sea neutro me saca de onda, le quita naturalidad y credibilidad a la historia. Me irrita mucho estar leyendo una historia ambientada en Oklahoma, o en Gales o Reikiavik y que te salgan con expresiones, usos y modismos argentinos. Rompe el encanto y muchas veces he abandonado libros por ese motivo".

"El texto original está cargado de elementos culturales propios de la cultura de origen. Si leo la traducción en español rioplatense, notaría que está escrito en mi lengua materna pero no son ideas autóctonas. Con una traducción en neutro, siento que tomo cierta distancia de mi lengua materna: juzgo/comparo menos las ideas de un texto extranjero, las recibo de una manera menos personal".

"Si leo una traducción argentinizada, siento que se pierde parte de la cultura del lugar donde sucede. Prefiero lo más neutro posible. Eso no significa que no me guste leer autores argentinos que escriben con modismos argentinos. ¡Me encanta! Pero siempre prefiero que las palabras que leo me transporten lo más cerca posible al lugar donde sucede la historia. Por ese motivo, siempre prefiero el libro en idioma original".

"Solamente porque estoy acostumbrada. Si hubiera más traducciones con el español de mi país hubiera elegido esa opción".

"Es raro, la verdad no sé por qué, pero supongo que es una cuestión convencional. Desde chica, por ejemplo, siempre leí el TÚ en los libros, a mí me suena como más literario que el VOS. Sé que es una cuestión de costumbre nada más, me gusta leer el lenguaje regional si la historia transcurre propiamente en nuestro país, no si es una traducción".

"El español de mi país me resulta un poco hosco y me dificulta concentrarme en el relato. El español neutro me parece más cuidado y armónico".

Por el contrario, los que están a favor de una traducción al español de nuestro país dieron los siguientes argumentos:
  • La lectura es más natural y fluida.
  • El español de nuestro país es al que están más acostumbrados.
  • El español de nuestro país es un lenguaje real, no uno inventado como el neutro.
  • Se sienten más involucrados en la historia y se identifican mejor con los personajes.
Estas son algunas citas textuales interesantes de las personas que prefieren una traducción aclimatada.

"Me parece más natural, y con el neutro se corre el riesgo de perder matices de significado que enriquecen a la literatura".

"Creo que es lo que suena más natural y lo que le llega al lector, pero sin llegar al punto de la localización (es decir, los aspectos de la cultura en que se escribió originalmente deberían estar presentes)".

"Considero que es más verosímil y que permite que una se pueda identificar con los personajes. Además, creo que el uso del español neutro niega y oculta la diversidad de América Latina en pos de una lógica de mercado".

"Si la traducción tiene el español de mis país seria mas fácil identificarme con los personajes. Además, hay palabras del español neutro que no conozco por lo que pasaría mas tiempo usando el diccionario que leyendo el texto".

Luego de leer todos los argumentos de los lectores ante las dos posturas posibles, llegué a la conclusión que la gente prefiere el neutro por dos motivos principales. En primer lugar, por una cuestión de costumbre. La mayoría de las películas y series están subtituladas o dobladas en un español neutro y eso hace que prefieran el mismo tipo de español en una traducción literaria. En segundo lugar, la mayoría de los lectores considera poco natural que, en un escenario extranjero, los personajes usen palabras típicas de nuestro español (me imagino el horror que sentirían estos lectores al leer un soneto de Shakespeare traducido al "argentino"). Como la mayoría de quienes respondieron la encuesta eran menores de treinta años, pensé que era una característica propia de la gente de esta edad, pero al fijarme en las respuestas de personas más grandes, noté que la preferencia por el neutro se mantenía, así que es algo general que engloba a todas las edades.

Una cosa que noto y que me preocupa es que muchos argentinos parecen tener un complejo de inferioridad con respecto a su lengua. Varias personas remarcaron que no les gustaba el español de su país y que el neutro era más formal y literario. Esto me dio mucha tristeza; ninguna variedad de español es superior a las otras.

Por otro lado, quienes prefieren una traducción aclimatada al español de Argentina hacen referencia a que el texto se lee con mayor naturalidad y que les ayuda a involucrarse más en la historia e identificarse con los personajes. 

Es de destacar que hay un 29 % de lectores a los cuales les resulta indiferente el tipo de español. Yo me encuentro en este grupo, pero creo que eso se debe a que soy traductora y que sé que tanto el uso del neutro como la aclimatación son opciones de traducción de igual peso. Para mí ninguna opción es mejor que la otra. Es solo cuestión de decidir cuál sería la más apropiada para los distintos mercados donde se va a publicar un libro.